Monitoreo de flora y fauna silvestre refuerza la gestión comunitaria en la Concesión de Conservación Comunal Yurúa

Foto grupal de miembros del SERNANP, UAC y comunidades nativas en el monitoreo en la Concesión de Conservación Comunal Yurúa

Del 20 al 23 de febrero de 2025, un equipo de especialistas del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP) y la Upper Amazon Conservancy (UAC), junto con miembros de las comunidades nativas que conforman la Asociación de Conservación Comunal Yurúa (ACC-Yurúa), realizaron un monitoreo esencial para la protección de especies amenazadas y la gestión sostenible del territorio en la Concesión de Conservación Comunal de Yurúa. Esta actividad forma parte del proyecto US Fish and Wildlife Service (USFWS), cuyo objetivo es fortalecer las capacidades locales para proteger las especies y ecosistemas clave de la región.

Durante la expedición, se confirmó la presencia del Pichico Blanco (Leontocebus weddelli melanoleucus), un primate endémico consideradao clave para la conservación de los ecosistemas del Yurúa. Este monitoreo se alineó con el objetivo del proyecto USFWS de fortalecer la capacidad de las comunidades para gestionar y proteger las especies amenazadas dentro de las 46,553 hectáreas de la Concesión.

Pichico Blanco
White-mantled tamarin
Leontocebus weddelli melanoleucus

Foto: Glauco Oliveira

Un impulso para la conservación y el desarrollo local

El jefe del Parque Nacional Alto Purús, Arsenio Calle, subrayó la importancia del monitoreo, destacando que "visibiliza la concesión a nivel nacional e internacional, promoviendo iniciativas de conservación y manejo sostenible de recursos naturales para las comunidades del Yurúa, como el turismo comunitario y la investigación científica". Además, enfatizó que la protección de esta especie es clave para preservar las cabeceras amazónicas, fundamentales para el equilibrio ecológico y la provisión de servicios ambientales.

El compromiso de las comunidades

Kennedy Pérez, vicepresidente del ACC-Yurúa y miembro de la comunidad nativa de Beu, resaltó el papel activo de las comunidades en la conservación del territorio: "La concesión fue creada por nueve comunidades indígenas con el propósito de proteger su territorio. Aquí tenemos una gran diversidad de flora y fauna, incluyendo especies maderables y plantas medicinales aún por descubrir. Seguimos resguardando estos espacios para evitar la extracción ilegal de recursos o la invasión del territorio".

Hallazgos y próximos pasos

Además de registrar especies clave como el Pichico Blanco, se registraron otras especies importantes como el Mono Araña de Cara Negra (Ateles chamek), el Mono Aullador Rojo (Alouatta seniculus), el Capuchino de Cabeza Negra (Sapajus apella), aves emblemáticas como el Trompetero Aligris (Psophia crepitans), y reptiles como la Boa Arborícola (Corallus hortulanus). También se identificaron árboles de alto valor ecológico, como la Caoba (Swietenia macrophylla) y la Lupuna (Ceiba pentandra). Sin embargo, también se detectaron amenazas como la caza furtiva y la pesca ilegal en zonas cercanas a la frontera con Brasil, lo que resalta la urgencia de fortalecer la vigilancia territorial.

En línea con los objetivos del proyecto, se fortalecerán los monitoreos periódicos y se consolidarán las estrategias de protección basadas en datos científicos y saberes ancestrales. Este esfuerzo no solo ha proporcionado información clave sobre la biodiversidad, sino que también ha fortalecido la gestión territorial comunitaria.

Las próximas acciones incluyen reforzar la seguridad territorial, seguir implementando la herramienta SMART, y fomentar la colaboración entre las comunidades para proteger este invaluable ecosistema. La participación activa de las comunidades es fundamental para asegurar la conservación de las especies y el desarrollo sostenible en la región.

Anterior
Anterior

Indígenas de Brasil y Perú Entregan Declaración en Brasilia y Exigen Detener Proyectos que Amenazan sus Territorios

Siguiente
Siguiente

Urgencia de conservar las cabeceras del Sepahua: el rol clave de la vigilancia comunitaria